enero 31, 2010

Pacto entre caballeros

(Entro a trabajar, es una tarde tranquila, por lo general siempre siento tensión cuando tengo que marcar mi hora de entrada, saludar a todo el mundo y empezar con mis labores diarios. Entonces me fijo que solo está Abel y me acerco a saludarlo… empezamos con la rutina… Y entonces empiezo a hablar)


Por aquí vive mi ex enamorada, no quiero imaginar lo que sucederá si en algún momento nos encontramos… Sí, sería un desastre… ¿Te conté que todo terminó mal? En el fondo yo fui el único culpable… Te contaré esa relación que fue muy intensa, en ambos sentidos claro, había mucho sentimiento y muchos quilates de amor puro, pero también nos peleábamos a cada rato… Obviamente es escorpio, pero siempre he tratado de recordar esa relación con todo lo bueno… Pero también hubo demasiado cosas malas…
Fue el verano del 2007, yo entraba a mi último año de la secundaria, ya había escuchado el álbum “enemigos íntimos”, había leído las novelas de Herman Hesse, me interesaba mucho el arte y la literatura sobre todo, ese verano compartía mi tiempo con Carlos, un fiel mal amigo, nos íbamos al malecón a fumar, a conversar - Sin que sepa mi enamorada de ese entonces, claro - y vivía arrepentido de una cosa que no hice el año anterior… No haber buscado el correo de una chica que conocí en primero de secundaria. Se llama Eliana, hace mucho que no sé de ella, siempre que veo a Carlos le pregunto si sabe algo de ella, siempre me dice lo mismo el desgraciado: “Está bien” y yo le creo.
La primera vez que la vi fue en el colegio, se sentaba al fondo con cara de aburrida - Yo la miraba con el reflejo del reloj que me regalo mi papá. Creo que lo perdí después de una semana – No sé después de cuanto tiempo se sentó delante mío, podía oler su cabello, podía escucharla hablar y podía pedirle prestado un lapicero para que por lo menos sepa de mi existencia. Después dimos un examen… Sí, esos que separan a lo brutos de los inteligentes… Sí, sí, ella paso y yo me quedé, lógicamente… Y de ahí no supe más de ella.
No, no creas que ahí acaba la historia. ¿A que venía eso del verano del 2007? Pues que ese mismo verano Carlos me dio su correo y volvimos a hablar. No me reconocía por mas detalles que le daba – Me sabía cada detalle a la perfección – Pero no logró reconocerme. Fue como dos meses que le hablaba como un idiota y ella me respondía sin saber quien era. ¿Quieres oír algo gracioso? Un día, en esos en los cuales no se acordaba de mi, le pedí su número y a los pocos días la llame, ¡Imagínate! Ella pudo creer que yo era un pervertido – bueno tampoco se equivocaría – le dije “¿Aló? Eliana, soy yo, Luis”… y ella “¿Luis?...” “Sí, sí… Luis Omar… el del correo”… “¡Ah!.. Hola”… “¿Ya te acordaste de mi?”… “No”… “A ya… ¿Hoy te conectas?”… “Sí”… “¿A qué hora?”… “A la misma hora de siempre”… “A ya, ¿de verdad no te acuerdas de mi?”… No puedo creer que haya sido tan estúpido ¡ELLA NO ME CONOCIA!
Un día instale mi webcam y por fin pudo saber quien era y ya después con el tiempo pase a recogerla a su colegio – Tampoco sabia que decirle… ERAMOS DOS DESCONOCIDOS – pero con el tiempo conversábamos más y más.
Después de siete u ocho meses de largas conversaciones por internet, varias veces que fui a recogerla y tantas tonterías (de las cuales yo andaba enamorado) le dije que sea mi enamorada… Me dijo que no… Mentira, me dijo que sí.
No sabes lo que viví con ella, éramos dos jóvenes que se enamoraron como nadie puede enamorarse en este mundo. Como diría mi querido Fito Páez “Miren todos, ellos solos, pueden más que el amor, y son mas fuertes que el Olimpo” no recuerdo si es “fuertes” o “Grandes”… El rollo es que como nosotros NINGUNA RELACION… llegaba tarde a mi casa por conversar con ella, por besarla y abrazarla… Recuerdo que cuando me dijo que sí quería ser mi enamorada – Siguiendo con el protocolo de toda declaración – Venía el beso – Nuestro primer beso – Pero ella volteó el rostro y yo me quedé como un estúpido besando su mejilla. Meses después me confesaría que se moría de vergüenza… ¿Quién no? Si le dije que fuera mi enamorada en una avenida grande, donde todo el mundo estaba al acecho.
¡Hay, viejo!... ¡Qué jodido es recordar!... Aún conservo la única carta que me escribió y también algunas canciones que nunca faltan en mi MP3. Hace mucho escuché que en la vida existen dos tipos de mujeres: “La mejor” y “la inolvidable”… Pero no necesariamente la mejor es la última y la primera es la inolvidable. Bueno en mi caso no es así… La mejor (y con mucha pena para mi última ex enamorada, que no ocupa ninguno de los dos lugares) Es ella.
Llegó el verano del 2008, con eso la libertad del colegio. Ingresé a la universidad, tenía una novia muy guapa, que se hizo querer por toda la familia, salía con ella muy seguido, hablábamos por teléfono hasta tarde… Todo estaba muy tranquilo. Una de las cosas que nunca voy a olvidar fue el año nuevo del 2008. Ella iba a pasarlo con su familia y yo con mis amigos… No, no, no ,no, yo a esa mujer siempre le fui fiel, ella era un poco celosa – Yo me tragaba todos mis celos – Y motivos nunca le faltaron, porque yo era mucho de estar en la calle y con mis amigos y amigas – Que algunas eran muy cariñosas – pero a pesar de que pude haber hecho miles de estupideces, siempre le fui muy fiel a esa mujercita. Me está dando mucha pena ¿Sabes?... No quiero ponerme triste hoy que es sábado y en la noche tengo que salir.
Bueno, ¿En qué estaba?... ¡Claro! En ese año nuevo. Entonces salí con Carlos – No vayas a creer que éramos gays – siempre andaba con él, sabía escucharme… Así como tu, viejo. Bueno no hagas que te abrace, mejor continúo. Entonces salí con Carlos ¿Ya lo dije no?... Primero fuimos por una hamburguesa, luego compramos un arsenal de pirotecnia que me salió un ojo de la cara, luego compramos cervezas y de alguna manera terminamos en la casa de la amiga de una amiga, tomando y viendo como Carlos se aprovechaba de la situación etílica de las chicas. Yo cada quince minutos me iba a un costadito a llamarla y decirle lo mucho que las estaba extrañando y lo mucho que la amaba. Entonces en una de las tantas llamadas de esa noche me dijo “Voy a tu casa”… Y sin que me diera muchas explicaciones de cómo consiguió el permiso y después de jalarlo a Carlos de su polo hasta la puerta, fuimos a recoger a ella y a sus amigas. Estaba muy guapa, con su melenita – Porque tiene el cabello muy largo, déjame decirte- y sonriente y corriendo a abrazarme y besarme.
Fuimos a mi casa, no sentamos y conversamos, luego llegó mi hermana con su enamorado y sacamos unas cervezas y después de conversar y sin saber que hacer… Vimos una película, todos se aburrieron, menos nosotros porque estábamos de la mano y besándonos cada tanto. No se si esta bien lo que hice, pero esa misma noche le di la mala noticia, le dije que me iría a trabajar fuera de Lima, a la tienda de mi tío. Le dije que sería una semana después y esa noche, salimos de mi sala y nos abrazamos con mucha fuerza.
Esa semana la aprovechamos a tiempo completo, le enseñe a jugar billar, ya que en los veranos – Obviemos este – Mi único hogar es el billar. Salimos con Carlos y con Mili a Miraflores y muchas cosas que las tengo intactas en mi memoria… En nuestra memoria.
Fue a despedirme para mi viaje, la llamé muy seguido cuando estuve de viaje… Claro, claro, salí con mis primos en ese viaje y algunas veces salíamos, pero recuerda, viejo, a lado de ella no existe mujer que me haga pecar.
De regreso le traje algunos regalos a ella y a su hermana, porque fue su cumpleaños y todo volvió a ser como antes. ¡Ah! Quiero contarte algo, antes del viaje… Antes de que termine el 2007… Yo sembré un pino. Vi como fue creciendo y para mi viaje le pedí a ella que me lo cuidara… Nunca más supe de mi pino, le puse de nombre “minguito” por la novela de Vasconcelos “Mi planta naranja-Lima”… También tiene una novela mía, eso fue una de las cosas que hasta ahora hacen que me arrodille y me dé cabezazos contra el suelo ¡DEBÏ DE HABERSELA PEDIDO!
Me dijo, un día, que ya no la miraba como antes, que yo había cambiado mucho… Yo pensé que quería terminar conmigo, viejo, esto pocas veces se lo he dicho a la gente, pero estuve a punto de llorar diciéndole “Dime qué puedo hacer para que todo vaya mejor”… No se lo vayas a decir a nadie.
Ya había entrado a la universidad y también llego mi cumpleaños, la pase a su lado tomando café. Sinceramente, a mi no me gusta celebrar mi cumpleaños, LO DETESTO y ese año no fue la excepción, no fue el mejor cumpleaños de mi vida, pero estaba ella a mi costado y eso era suficiente.
Ambos solíamos repetir la frase de una canción de Mar de copas “¿Cuánto dura ser feliz?”… pues he encontrado la respuesta. Todos los meses que pasé a su lado… Eso fue amor y lo demás son tonterías.
Terminamos mal, muy mal… Mi error fue enterarme de que existe la libertad, de que se puede vivir a tope, pero el precio de esa libertad, el precio de esa manera de vivir… era la soledad. ¿Suena a estupidez no?... Yo también lo creo, pero en esas épocas llegue a creer en eso. También hubo una chica, pero en realidad ella no fue el detonante, aunque Eliana siempre lo vio así. Claro, también cometí el error de ser enamorado de esa otra chica, no error… Bueno error en la medida en que no me quiero imaginar el calvario que vivió ella en esos momentos.
Yo también pienso lo mismo, fue una estupidez muy grande hacer tremenda barbaridad. Por lo menos debí dejar que pase un poco de tiempo. Pero déjame decirte que yo tengo una idea muy grande de “vivir el ahora”… Y eso me ganó.
No sé si volvería con ella, la pregunta sería ¿Ella volvería conmigo? … No vayas a buscarla y preguntarle eso, que te puede matar, ¿Ya te dije que es escorpio?... Me llevo lo mejor de esa relación, diga lo que diga la gente, sus amigas, mis amigos, mis familiares (fue muy querida por ellos) y todos los que vieron esa relación que fue mucho amor. Quiero que sepas que he mentido a todo el mundo diciendo que nuestra relación duró ocho meses, todo término faltando cuatro días para cumplir siente meses. Pero también quiero engañarme y darle más tiempo a mi memoria, a mi nostalgia de saber que en algún momento… Ella y yo, de espaldas con el mundo, escapando de nuestras vidas, nos juntábamos y éramos uno solo. Hasta ahora no sé que pensar de lo que es el amor… Si me preguntan que es el amor… Digo su nombre.
No vayas a contarle esto a nadie… Es un pacto entre tú y yo.


(Abel es sordo mudo y sé que nunca sabrá lo que le he contado… pero pudo ver mi rostro en cada expresión cuando hablaba, cuando me emocionaba, cuando me ponía nostálgico... Un poco triste y volvía mi mirada con ironía… a veces es bueno recordar… sobre todo, historias como aquellas.)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un gran libro se cerro...

Luis omar dijo...

Dios no inventes el final... es lo único que te pido,